Cuando estamos en competencia la gente solo nos ve esos segundos en los que corremos con nuestro caballo, pero no sabe qué detrás de esa carrera hubo caídas, lágrimas, choques emocionales con nuestro caballo, frustraciones o fatiga en ambos por practicar por muchas horas.
Pero jamás nos damos por vencidas. Siempre vamos por más , nos obstinamos por lograr nuestros sueños hasta lograr el éxito
En cada carrera nos inyectamos de adrenalina, conectamos nuestro corazón con el nuestro caballo y en cada galope que damos hacemos el mayor esfuerzo posible por ejecutar la mejor carrera de nuestras vidas.